La avanzada edad en los seres humanos, lamentablemente, es un factor determinante en el surgimiento de patologías. Entre ellas tenemos la incontinencia urinaria, que es la perdida involuntaria de la orina.
La incontinencia urinaria no se considera una enfermedad peligrosa, pero hay circunstancias en que puede ser síntoma de una dolencia seria, por ejemplo la esclerosis múltiple; también puede ser señal de algún problema en el conducto urinario.
No debemos pensar que la incontinencia es exclusivamente un problema del aparato urinario que puede estar relacionado con distintos órganos o sistemas de la persona mayor: aparato nervioso, aparato genital, o aparato locomotor.
La edad es el factor más estrechamente asociado a la incontinencia urinaria. Se han identificado una serie de factores llamados de riesgo, que predisponen la aparición del problema y que según los estudios marcan la pauta para su curación.
En todo caso, lo más habitual es que la incontinencia urinaria en el adulto mayor esté muy relacionada a vejiga hiperactiva, deteriora significativamente la calidad de vida de los pacientes, y reduce su autoestima.
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No se puede poner en duda que el envejecimiento provoca cambios en el organismo, a nivel de todos los sistemas: nervioso , músculos del suelo pélvico, sistema urinario, próstata etc.
Estos cambios aumentan la probabilidad de sufrir incontinencia, pero no pueden aceptarse solamente que por ser mayores se tenga que perder la continencia urinaria; si este problema de salud es frecuente en las personas mayores, es por circunstancias ajenas a la condición.
Si bien ocurre con mayor frecuencia a medida que las personas envejecen, en la mayoría de ellas, algunos cambios sencillos en el estilo de vida o un buen tratamiento médico pueden aliviar la molestia o detener la incontinencia.
Los cambios que sobrevienen con la edad reducen la cantidad que la vejiga puede retener y aumentan la posibilidad de liberar orina involuntariamente sin embargo, no es una condición adherida a dicha circunstancia, como lo habiamos planteado anteriormente
La incontinencia urinaria afecta en torno al 20%-25% de las personas mayores de 65 años, con prevalencias de un 15% entre quienes viven en hogares bien conformados y estan completamente sanas.
De entre 35% en personas mayores hospitalizadas, de alrededor de 50% en personas mayores “frágiles” que viven en sus domicilios y de entre un 43% y un 77% en personas que viven en residencias sin cuidados de familiares.
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La incontinencia urinaria, no es una enfermedad, sino un síntoma; puede ser causada por determinados hábitos diarios o enfermedades de fondo o problema.
Una dieta inapropiada, sobre todo en un adulto mayor , consumiendo ciertos alimentos, bebidas o medicamentos que actuan como diuréticos que estimulan la vejiga e incrementan el volumen de orina. Como alcohol, cafeína, chile, chocolate etc.
Se produce también cuando la presión dentro de la vejiga es superior a la presión de la uretra, motivado a una hiperactividad del músculo detrusor, por problemas o daños neurológicos, por alteración del esfínter externo y de los músculos del suelo pélvico.
Una infección urinaria crónica, que genera irritación en la vejiga, provocando una fuerte necesidad de orinar, y a su vez la incontinencia. Y si el adulto mayor aunado a esto sufre de estreñimiento, las heces duras presionan los nervios y aumentan la frecuencia urinaria.
Un tumor en cualquier parte de las vías urinarias puede obstruir el flujo normal de la orina y ocasionar incontinencia por rebosamiento. Por otra parte los cálculos urinarios a veces pueden causar perdida de orina.
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El tratamiento de la incontinencia urinaria depende del tipo, de la gravedad y la causa de fondo.Probablemente se necesite una combinación de tratamientos. El objetivo de los fármacos es conseguir que la vejiga se distienda, sin contraerse.
El autosondaje intermitente, que consiste en la introducción, a través de la uretra de una sonda en la vejiga. Se utiliza principalmente en la incontinencia causada por daño neuronal o de los nervios que controlan la micción. Con el catéter se consigue el vaciado completo.
El entrenamiento de la vejiga para que los pacientes recuperen el control, aprendiendo a resistir el impulso de salida de la orina y contribuyendo al aumento de la capacidad de la vejiga; a través ejercicios que desarrollan la musculatura del suelo pélvico.
La estimulación eléctrica intravaginal, cuyo objetivo es conseguir la contracción del suelo pélvico mediante la estimulación del nervio pudiendo con un electrodo intravaginal lograr el control de la micción.
En los adultos mayores masculinos, el tratamiento quirurgico a través de una cirugía prostática colocando implantes que elevan la posición de la uretra/esfinter a su posición original, restaurando la función de continencia. Se recurre a ella por una incontinencia persistente.
Los adultos mayores, ubicados en el rango de mayor posibilidad de presentar un evento de incontinencia urinaria, deben tomar ciertas y determinadas previsiones para evitar futuros riesgos.
Los ejercicios para fortalecer el suelo pélvico son muy importantes, reforzando estos músculos practicando con regularidad estos ejercicios conocidos como de Kegel ayuda a evitar la pérdida de orina.
Mantener el peso adecuado es otra forma de evitar la incontinencia urinaria, debido a que el sobrepeso aumenta la presión en los músculos pélvicos que sostienen la vejiga y la uretra, favoreciendo la dolencia.
Evitando el estreñimiento, a través de una alimentación adecuada ingesta de líquidos apropiados, es una forma de evitar la incontinencia urinaria, ya que el esfuerzo continuo para evacuar puede ocacionar perdida de orina.
Es contraindicado aguantar las ganas de orinar, ya que esto produce distensión de la vejiga y pérdida del tono muscular y elasticidad. Pero como los extremos son malos no vayas con mucha frecuencia al baño, ya que la vejiga se vuelve “perezosa”
De tal manera que estas recomendaciones si se toman en cuenta y se practican pueden evitar que pases a engrosar las filas de los adultos mayores que sufren incontinencia urinaria, condición que compromete tu vida social y baja tu autoestima.
No olvides compartir este artículo con amistades y familiares para que conozcan todo lo relacionado a la incontinencia urinaria en adultos mayores.
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